22.4.09

Poema de José Antonio Cedrón



Después fueron los sueños
desafiando las voces
sin miedo a recobrar las consecuencias.
No hubo tiempo para mirar lo claro
y todo sucedió como al paso de un tren
desde tus ojos: apenas se divisa
el andén de regreso.
Eras inabordable a tanto pasajero,
eras mucha esperanza y gaviotas celestes
prestas a echar el vuelo.
Y creíste –jugando a las apariciones–
encontrarlo en un sitio inesperado
y casi lo alcanzaste bajo las rebeliones
de tu cielo.
Arrojaste las ropas para que el viento
hiciera fortuna de esos cuerpos.
Ciertos días de frío
te quemaste las manos de palabras.
Las nubes confundían su ruta por el ruido:
manadas que pasaron.
Qué raro fue este amor y aquél, y el otro.
Cómo harás cuando sientas que llega
con sus menos palabras y aún las puertas.
Bajo los mismos árboles donde creíste dejar
la necesaria luz para respirar
los días venideros
el viento silba para enterarte que trae
una ilusión irremediable
una locura a orillas del pantano.
Porque sería un desastre llegar hasta el final
entre la estupidez las ruinas
sin haberte encontrado.

© José Antonio Cedrón

5 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Los sueños que se suceden en esa búsqueda incesante del amor.
Muy bello tu poema, José Antonio.
Un gran abrazo con mi admiración
María Rosa León

23.4.09  
Anonymous Anónimo said...

Los sueños que se suceden en esa búsqueda incesante del amor.
Muy bello tu poema, José Antonio.
Un gran abrazo con mi admiración
María Rosa León

23.4.09  
Anonymous Anónimo said...

Esa búsqueda, por suerte, inclaudicable que mantiene vivos los sueños.
Saludos
Alicia Perrig

24.4.09  
Blogger Analía Pascaner said...

Un placer leerte, siempre siempre, querido José. Tus poemas me conmueven y movilizan profundamente.
Gracias Gustavo por traer la voz de José a tu sitio en el "top ten" (sonrisa cariñosa)
Gracias a ambos. Un abrazo y mi cariño
Analía

30.4.09  
Anonymous Anónimo said...

Comparto la satisfacción de leer a Cedrón, muchas gracias, Lía Cazanzuet

12.8.09  

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