9.1.11

Poema de Juan Lucas Pantaleón Andrín


Los cuerpos.

Acaso no ves que ya ha sufrido demasiado,
deja ya de apuntar con tus mosquitos,
ya no enciendas velas sobre su piel de rosas,
deja ya esa tonta vanidad
de hombre que sin ir a ningún lado lo sabe todo,
deja de arrojar por la ventana esas masetas,
y bésale hasta el alma, cae al pozo con ella,
desvístela con los ojos, ponte de pie y
enjuágate los ojos antes su pecho desnudo,
podrás ver que Cristo ha vuelto
al pan de tu habitación y tiene nombre de mujer,
convierte tu cuerpo y el de ella
en el más apacible lugar del purgatorio,
y di lo que tengas que decir cuando llegue el alba,
vuélvela a besar, abrázala, cobijo sus pájaros,
desenfunda la balsa, échala de una vez al mar,
endulza su boca con saliva y observa por arriba de sus cabellos
como lloran los heraldos negros del pasado,
con sus nueces negras, con sus frutas negras,
con sus días negros que acaban de morir junto a la cama,
porque a sus pies, a causa de la unión de su cuerpo y el tuyo,
acaba de engendrarse el sol ya para siempre.

© Juan Lucas Pantaleón Andrín

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Poema original y sugestivo, enriquecido por las presencias literarias. Me gusta.

Claudio Simiz

5.3.11  

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