Poema de Mary Acosta
CAPULLO NO VIDENTE
Diseñó su vida en la mitad del ocaso,
apretando los puños y en violento avance.
Caminó por el borde de su cuerpo,
entre sollozos incoloros y oscuros.
Buscó desesperadamente
encontrarse en la próxima esquina de su cielo.
En la partida perdió su nombre,
junto al último zapato que vestía su paso.
Sobre las aristas brillantes de una estrella
dibujó besos secos,
abandonados por héroes de polvo.
Resistió sin declinar a su sueño
abrazada a sus misterios.
Como un capullo de rosa no vidente
no logró expandir su fragancia,
y hoy visita el jardín sin pétalos,
tan solo esperando ver
si en algún ocaso volverá a encontrarse.
© Mary Acosta
Del libro "Bajo el ala de un ángel"
4 Comments:
Mary desde el dolor de tu capullo no vidente te dejo mi abrazo.
Gran poema!
Un abrazo Gus.
triste nos asusta esta ceguedad maty
saludos
Excelente poema, esa ida de uno, habitar en la oscuridad, querer lograr percibirse a uno mismo.
Elisabet
Duele la ceguera cuando ha sido duro el golpe recibido.
Gran poema.
Sonia
Publicar un comentario
<< Home