Poema de Silvia Loustau
La muerte del Chacal
No perdono a la muerte distraída. *
Su mueca indecisa.
Arrebujada, la imagino en un goteante tren sin ruido. Quizá empujada por el viento. En gárgolas humeantes.
Un andrajo de insomnios y alaridos.
Un lago oscuro de suicidas.
Muerte bendecida por la cruz de lucifer.
Ella y el Chacal compartían su caldo de miserias.
Los vieron fornicar entre arenas, rondas de dagas y desolladas rocas.
¿Oyen el llanto de la piedad? ¿Oyen los conjuros de rondas y palomas?
¿Oyen los corazones temblorosos de los compañeritos?
¿Aún ríe el traficante de destinos?
No habrá círculo en el infierno para el Amante de la Muerte.
No habrá coros.
Ni alcobas de infancia.
Ni canción de mujer.
Estaremos la gente de mi raza. Exorcizando las máquinas de fuego.
Los compañeritos con sus desnudos ojos, miran al Chacal ahogándose en el limo de su historia.
Con una corona de fuego salvaje danzará la Memoria.
Treintamil rondas/ treintamil pétalos/ treintamil cantos/ treintamil huellas se abrirán en el aire y caerán treintamil gotas conjugando al Chacal y su aliento de tortura.
* verso de Miguel Hernadez
© Silvia Loustau
11 Comments:
literariamente un poemazo.
saludos poeta
literariamente un poemazo, saludos poeta
Patricia Corrales
¿Qué puedo decir? Es hermoso. Se me caen las lágrimas.
Silvia como nos tenes acostumbrados haces de la poesía un compromiso con la vida...Muchas gracias por tan sentido texto.
Leonardo Herrmann
Un bello canto de denuncia y una invitación a la memoria, Silvia.
Aplausos y besos
María Rosa León
Nunca está demás la memoria de una infamia terrible y si viene en molde de un poema extraordinario como éste más bienvenida todavía. Gracias.
Jorge Luis Estrella
Siempre digo, que no se puede hablar ni escribir de lo que no se conoce.
Siento tu vivencia en mi.
Te quiero amiga!!!
Un abrazo
Tremendo, con la fuerza necesaria. Como un grito. Muy bueno. Un abrazo.
Un grito que no se resigna a dejar de gritar y la belleza en palabras, la belleza.
Besossssssssss
Gracias a todos por sus comentarios, siempre son como una caricia, y cuando escribo sobre estos temas es permitir que la herida se abra, uds. son el abrazo necesario.
Con cariño, tambien para Gus
Silvia
ay Silvia, me apretaste el corazón
con tus palabras, cuánto horror en la memoria.
Un abrazo más...
Publicar un comentario
<< Home