Poema de Griselda García
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no más despedidas, preferí siempre
una bienvenida luminosa,
tardes enteras
preparándome para el amor
ni en mis errores acierto
mil rudimentos no hacen un arma,
hombre prestado,
del útero viniste y al útero volverás,
veneno que tu tallo destila
coagula hijos en un vientre agrio,
tiempo de preñez, chiquito,
no hay por qué decir la verdad,
ese veneno te vuelve la lengua del revés
cuerpito apolíneo,
la espalda más suave de la ciudad
teme a la muerte por agua
no más bienvenidas, preferí siempre
un mutis por el foro:
al oficio mudo no hay quien me gane.
© Griselda García
2 Comments:
Nada que decir ante el dolor, ante la ira...
Muy buen poema.
Un abrazo Gus.
Hola Gris:
Como siempre uno de tus bellos poemas, siempre colmados de sugerencia que convoca a todos los sentidos y con belleza nos lleva a poder significar. ¡Felicitaciones!
Un beso,
Jorge Orozco
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