4.3.07

Poema de Paolo Astorga


REFLEJOS DE PIEDRA

Aprendí que no todo era un juego.
La rabia entre las calles y la soledad en
las avenidas
calcinaron las manos de los transeúntes
escondidos por la niebla.

Se marcharon del cielo las palomas.

La indiferencia los empujó a vivir bajo la tierra
y ser
el vidrio de un corazón en pedazos.
Estaban ciegos
y bebían la tristeza de sus dedos.

Estaban dormidos sobre sus sueños
alejados de sus cuerpos que caminaban hacia el trabajo
a firmar su propia renuncia
y volcarse a la soledad de caminar por la ciudad
y tener la cabeza agachada, tristemente
agachada por los suelos.

© Paolo Astorga

4 Comments:

Blogger Gustavo Tisocco said...

Cuántos hombres que caminan muertos por la calle, que perdieron utopías.

Un gran poema Paolo!

Un abrazo Gus.

4.3.07  
Anonymous Anónimo said...

Ese transitar por las calles y por la vida, Paolo, tan bellamente expresado en tu poema.
Cariños
María Rosa León

4.3.07  
Anonymous Anónimo said...

Imágenes exactas sobre los caminos de los hombres, tan a ras del suelo, con los cielos cerrados a las ilusiones.
Muy logrado.
MARITA RAGOZZA

4.3.07  
Blogger PASEO MAGICO said...

PAOLO:

La desolación, creo yo, sobreviene cuando los sueños se pierden y los seres humanos se transforman en zombis, en cuerpos secos, autómatas.

Es verdad, no todo es un juego. Será cuestión de levantar la vista a fuerza de voluntades unidas, de volver a mirar el cielo, de mirar y de APRECIAR la vida en todas sus formas y de sabernos que todos somos una parte de un todo, que nos necesitamos unos a otros, que tenemos que tener fe, en nosotros mismos y en "algo" superior que nos agrupa como seres.

Ojalá despierten, ojalá dejemos pronto de estar dormidos sobre nustros sueños y caminemos todos con la cabeza alta, recibiendo los rayos de luz que el sol regala todos los días, con nuevos sueños, con proyectos, con unidad y sobre todo con amor y compasión.


Un abrazo
Verónica

10.3.07  

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