Poema de Roberto Roséndiz Carmona
Apiádate de mí
dame un poco de amor
de ese que ofreces por las noches
besa mis labios
con aquellas miserias que te han dejado
araña mis ojos
muerde mi lengua
desgarra los sueños guardados de siempre.
Apiádate de mí
deshiela mi copa de fracasos
llena de calor las arterias incorregibles de mi alma
glorifica mis pulmones con el vapor de tu boca
destruye los muros de una casa de muertos
que citan al amor para no seguir penando.
Bésame la boca
arranca el lodo reseco de la cara
la vida que a veces me resulta sin sentido
las nubes oscuras
domeña al animal que juega al hombre
alivia el dolor que calla por recordar tu nombre.
Apiádate de mí
sirena de autobús
de carro de sitio en las esquinas
lame mis heridas
libera mis ojos
los versos que he escrito con sangre
en las paredes del destierro.
Desangra al corazón de una vez por todas
resguarda los fantasmas de la espalda
destruye la ira de las manos
dame tu amor a cuenta gotas
ofréceme un tarro de cerveza
acerca tus ojos a los míos
extirpa mi lengua
el universo que aún no hemos explorado.
Apiádate de mí
escribe mi epitafio
enciende con gasolina los huesos de la cara
oculta tus deslices con perfume
teje en el viento
unta petróleo en la madrugada del hastío
corrompe la piel
retira las uñas a golpes de martillo
salvajemente
inventa la fiesta colosal del exterminio.
Besa mi boca
por amor a Dios y sus designios
encanta a las serpientes
lava mi llanto
aprieta la corbata hasta que ahogue los suspiros
embota los sentidos
para no sentir el canto de la lluvia
cauteriza mis labios
divide las manos
lánzalas al mar
disloca los hombros
quema los muñones
saca mi corazón
no tengo ya nada que ofrecerte.
Apiádate de mí
dame un poco de amor
de ese que ofreces por las noches...
© Roberto Roséndiz Carmona
2 Comments:
Poema doloroso, donde la entrega, la súplica, el ruego llevan a la más terrible desesperación.
Un abrazo Gus.
Un bello canto de amor, Roberto, y excelente su factura.
María Rosa León
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