Poema de Marizel Estonllo

LA LLUVIA

Si ella tuviera ojos
Yo la vería vestida de gasa caminando en la tarde
acariciando mi pelo
con unas manos tan suaves
como la ternura de los gestos en la intimidad de la distancia

Y con la voz de la mitad de la luna proyectada en la niebla
Me invitaría a coronar un enigma ,
Y yo sería un bosque en la permanencia de sus árboles.
Si ella pudiera oirme
tendría la piel de un llamado perdido en el reencuentro de tus ojos
como la coreografía de la locura

y perpetuaría su canto
en cada lágrima
olvidando un rostro surcado por la sal.

La lluvia cae lastimando las tardes huérfanas
que no cesan en los rincones de las escaleras agrietadas,
o en los apuros de una multitud ahogándose en soledad.

La lluvia también es una hermosa mujer
tratándonos de seducir con su disfraz de nostalgia.

Es el pensamiento de otra lluvia

Como la bendición de los santos
Que perdura en la memoria del amor.

© Marizel Estonllo