Poema de Elda Alonso

21 de Julio 1971
Canción de cuna para mi hermano

Al caer la tarde de este sábado,
Dios, tan imponente en sus mandatos
creyó necesitarte allá a su lado
y te recogió dormido entre sus brazos.

Tus ojos se cerraron para siempre,
la sonrisa en tus labios ya se heló.
en el silencio mortal sólo se sienten
sollozos y gemidos de dolor.

Tu madre se desangra con tu muerte,
dos hermanos que lloran al menor
y tu padre se desgarra impotente,
que sea su vida la que se lleve Dios.

Más, el “Supremo Divino” lo ha dispuesto,
hay que acatar resignados su misión
aunque se ahogue de lágrimas el pecho,
y gotas de sangre vierta el corazón.

Al pasar las cuentas del rosario,
mi alma en silencio va pidiendo.
que te haga un lugarcito allá a su lado
donde goces para siempre de su cielo.

Que desde ésta tierra, a tu hermana
le bastará cerrar los ojos para verte
desgranando notas de guitarra
o fumando un cigarrillo muy sonriente.

Igual que un lirio blanco fue tu vida
hasta ayer erguido y floreciente.
hoy marchito nos dejas tu sonrisa
dispuesto a que el viento se la lleve.

En plena juventud te vas de viaje
y nos dejas para siempre tu recuerdo.
En el aire tu espíritu, flotante
aleteo de la brisa con tus besos.

Y al levantar mis ojos hacía el cielo,
de mis labios se escapa una plegaria.
Canción de cuna para mi hermano,
que en su último sueño le acompaña.

© Elda Alonso