12.8.08

Poema de Daniel Chirom


En Verona,
sólo en Verona reposan para siempre los amantes.
Allí una gastada
lápida delata tu presencia.
Imagino que aún combates en la tumba
contra enemigos escurridizos,
aquellos que te ensartaron dos sablazos
cuando de puro distraído pensabas en la muerte.
¡Qué desdicha la del
que medita con sus entrañas!,
nada le es claro, todo tiene gusto a sangre.
“¡Oh Capitán ... mi capitán!...nuestro espantoso
viaje ha terminado”.

© Daniel Chirom

3 Comments:

Blogger Gustavo Tisocco said...

Un mágico poema Daniel, para qué decir más?
Un abrazo Gus.

12.8.08  
Blogger Gittana said...

Hola gus, aqui me tienes una vez mas, paseando por tus letras y la poesía que algunas veces inspiran y despiertan a mis musas...

12.8.08  
Anonymous Anónimo said...

Cuando creemos alcanzar el gran amor, nos alcanza la trampa mortal, el malentendido trágico. El amor shakespeariano va más allá de la muerte, pero la muerte viene más acá del amor y nos entierra antes de florecer. Tal vez se prolongue en el tiempo y en el espacio una trama teatral o un buen poema. Rub´n

13.8.08  

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