Poema de José Antonio Cedrón

Y cruzando el océano has visto nuevamente
la morada violenta.
Esta ciudad que es otra, se cree ella.
Ayer era un lugar –apenas–
... en el mapa de la espera.
Ahora no es más que el mundo conocido
levemente alterado en su versión
... mamífero-carnívora.
Desamparada, frágil como el futuro nuestro
esta ciudad se duerme con un dolor de rehenes
... cifrado en la mirada.
Ya no le queda un árbol invencible.
Atenas también fue destruida, pero no conociste de sus gritos. No quedó un solo eco del derrumbe en las piedras
(en las conquistas se tiene por mal gusto
hablar de víctimas)
y el papel de la noche en el que escribes
(que es de piedra)
no puede deshacerse de aquellas destrucciones.
Algún sobreviviente cuenta que ha visto el cielo
pintado como en un cuaderno de infante,
había mariposas, árboles y hasta sombra
en los días de sol que conociera.
Tu mirada vio el cielo y vio la nube azul
de los desesperados que con sus cortaplumas
dejan citas violentas –de desamor–
escritas en los baños.

México, DF. (década del 90)

© José Antonio Cedrón