4.10.08

Poema de Mónica Palla/Daniel Marino


lejanos ecos de paisajes desolados
invocan tu respeto por el hombre enajenado

tus ojos lloran a un tiempo brote y locura
tus manos tiemblan vida

aún enajenado el vínculo amanece
cuando sereno y turbulento entregas tu presencia
sin más horizonte que tu ausencia
ausencia que cobija silenciosa

quebrantada la distancia y abierto el pecho
no eres más que el otro que te invoca

hombre y brote frágiles abismos
misteriosas criaturas que la vida sin juzgar habita

sangre del árbol savia del hombre
develados ríos subterráneos
que ausente llevan a tu cuerpo al vasto mar originario


© Mónica Palla/Daniel Marino

1 Comments:

Blogger Ricardo Juan Benítez said...

Hermoso dos plumas, sensible y delicado.

4.10.08  

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