Poema de Alicia Cora Fernández

ESPEJO ROTO

Impulso desmañado o la realidad de un deseo,
el ruido mínimo que asusta por una leyenda de desgracia.
Eco cercano llevado hacia el afuera,
y apenas una lágrima manchando su luna azogada.

El espejo roto en mil pedazos,
se convierte en imposible rompecabezas al que le falta una pieza.
Nunca quise comprar espejos usados,
porque tengo la certeza de encontrar al mirarme
caras olvidadas y desconocidas,
risas que no son mías o gestos que pueden contarme de un ayer ajeno.

Al querer uno, pensé que quería estrenarme en él.
Y fue así que elegí al más redondo y enorme que encontré.
Estaba en lo cierto,
mi cara se reflejó y quedó grabada en esa superficie virgen.
Después, con el correr de los días,
se unieron a ella tus manos, tu cuerpo y tu rostro junto a mí.
Todo nuevo, nada de figuras viejas.

Pasaron las semanas y en esta mañana insultante de sol,
me miré en él, dichosa, porque sabía de mi encuentro con tu figura abrazándome.
Pero todo cambió de ayer a hoy,
en la devolución estabas vos y ella riendo felices.

El hechizo se perdió y los pedazos mezclados con mis lágrimas.
ahora están regando el suelo
Ya no creo en la desgracia al verlo destrozado,
en este instante compruebo que así ya no me hace daño,
en cambio si continuase entero, el reflejo de ustedes amándose,
y mi cara riendo con una alegría vieja y gastada,
lo hubieran convertido en un espejo usado.

© ALICIA CORA FERNÁNDEZ