Poema de Patricia Corrales
Escapulario
Lilas y jazmines perfumaron las sombras callejeras
en el desfile de mi orgullo heroico empuñado como estandarte de mujer.
Las voces surgían desde la lira de los álamos
hasta el vuelo sin regreso de los pájaros en el campo abierto,
más allá de cualquier ojo, mi estirpe continuaba la melodía de un verano
donde el amor, amigo de la soledad, no llegaba a su cita.
Mi secreto continuaba en el asombro de un cofre sellado.
Cuando las cinco y el te dormían su siesta sin sorbos ni delicias
era amiga de mi misma en el país de Alicia,
caricias y adioses sin respuesta como la imagen de un tren ultimo.
Fue entonces que animada por el miedo cruce a tus pies de Neruda en Isla Negra
donde el mar rugía los improperios de Neptuno
y fui la reina de todos los océanos.
Fue entonces que vestí mi corazón
para que no lo avistase ningún cazador herido
porque en la lucha por sobrevivir, mi pequeñez debía maquillarse.
Fue entonces que mi tiempo doblo la esquina
tomándome prevenida a la señal del camino cubierto de poemas, palabras en azares,
tules rasgados al viento jugando con las notas de una música
nacida desde la locura de un genio
© Patricia Corrales
6 Comments:
"Fue entonces que vestí mi corazón
para que no lo avistase ningún cazador herido..."
¡Bravo, Patricia por tu poema!
Los poetas siempre vestimos el corazón y sólo lo descubrimos en la desnudez de la poesía.
Felicitaciones y un beso grande
María Rosa León
Patricia: es bueno maquillarse y estar prevenido para recibir a las palabras. Un abrazo, Laura Beatriz Chiesa.
doblar la esquina ...
ese atreverse, el éxtasis que produce lo que viene y vuelve
donDe el canto de pájaros y esa inmensidad que da la aventura deL poeta es lo que me ha dado una DIMENSIÓN BELLA!
BELLEZA DE POEMA !
muchas gracias ! un sabor bello tu poema!
LIDIA CARRIZO
Patricia querida, excelente maquillaje femenino para tu exquisito poema.
Siempre mis pupilas al leerte viajan felices entre tus maravillosos escritos.
Ondas de luz acompañan mi beso para ti,
Maryta (Mary Acosta)
Imágenes muy bellas hacen que la maravilla de la palabra no se desvanezca ante nada y cobre fuerza en los que saben escucharla.
Gracias
Alicia Perrig
Toda la fememeidad en este poema exquisito
un abrazo
marite
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