5.4.09

Poema de Alejandro Mauriño


APOLO SE ESCONDE

...A los amigos Carolina y Alejandro Mozzati.


Redondo y bermejo como la angustia,
el sol se pone tras el largo puente.

Más que el oeste, es la bruma densa
quien se traga a la cotidiana estrella.

Por su centro pasan —como glóbulos—
los ómnibus ignaros de su efecto.

Se va otra vez y, más que el muerto día,
rojo sol no sólo el final indica:

la otra orilla del verano laxo;
vidas que pasan en dura sequía.

Se esconde y burla hasta del enano Dios;
del río; de los amantes de la luz;

del puente que es humana referencia;
de la acechante Iglesia y sus miserias.

Mas cantan de alegría cuatro o cinco
locos que vivan su cíclico ocaso:

bohemios; vampiros enamorados;
discípulos de Omar; blancas estrellas.

Y una lejana nocturnal que veo
desde el mismo tiempo. Más Copérnico,
y el mítico y maestro Galileo.

© Alejandro Mauriño

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Un poético viaje por los misterios cósmicos, tu poema, Alejandro.
Felicitaciones y un abrazo
María Rosa León

6.4.09  

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