Poema de Rubén Derlis
auschwitz
un tiempo de demencia dejó duras señales
altas llamas de incendio que mordieron como ácido las antiguas
culturas
el calcinado hueso ario de los que se negaron a aprender de la
historia
la llaga abierta en la hora brutal
la cifra del horror en las muñecas
de ese entonces amargo de oscuro humo y opaca realidad
quedó para recuerdo vergonzoso del hombre la ceniza final de
los campos de auschwitz
porque allí cada mañana
cuando el frío mellaba los dientes enterrados
desgarraba alaridos contra filosas púas
rompía inviernos de escarcha y cruel acero
el alba veía nacer entre la niebla caída por la noche sobre las
alambradas
una espesa humareda que crecía sobrepasando todo límite
hasta invadir el territorio de la desesperación o la locura
la agonía se había arrojado sobre la multitud erizada de espanto
asfixiando la vida
cuanto quedaba eran cosas vacías
miles de anteojos ciegos
anónimos cabellos
uniformes sin nadie
todo deshabitado pero tibio aún
como la mano que rasgó las piedras que silenciaron el grito
último
desesperado
como la sangre que corría por las uñas.
© Rubén Derlis
3 Comments:
Muy conmovedora evocación de una historia que nos llenó de dolor y de vergüenza a todos, rubén.
Felicitaciones y un gran abrazo
María Rosa León
Todo acto inhumano nos hace retroceder. Muy buena la memora y el poema.
MARITA RAGOZZA
increíble que los humanos podamos rescatar de tanta maldad un poema como el tuyo.
Cariños
Anahí D.Bezoz
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