2.5.09

Poema de Paulina Vinderman


Esa mujer (tierna, inestable)
va detrás de la sombra de un perro más viejo
.............................................que el mundo
y escribe la historia del vendedor de escobas
como si fuera un ensayo sobre la noche.

Esa mujer tiene a veces
un brillo de tornasol sobre su nuca.
Sólo a veces,
porque los días lo esfuman durante el destierro,
durante la derrota,
la derrota que se enciende puntualmente
entre las columnas jónicas —imaginadas—
a la hora en que el sol se cae,
en que el sol parece caerse para siempre.

(“La última vez que nos vimos
ibas a contarme una historia, dice.”)

© Paulina Vinderman

5 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Una bella evocación a la hora "en que el sol parece caerse para siempre..."
Muy bello tu poema, Paulina.
Felicitaciones y un beso grande
María Rosa León

3.5.09  
Anonymous Anónimo said...

el renacer constante como el sol en este poema original

Saludos
Anahí Duzevich Bezoz

4.5.09  
Anonymous Anónimo said...

Como siempre, mi más profunda admiración.
Alicia Perrig

11.5.09  
Blogger Ricardo Juan Benítez said...

Paulina, gracias por esta poesía sugerente y enigmática. La belleza de las palabras brillan aún más que ese sol que parece a punto de caer.

16.5.09  
Blogger Fabiana said...

Me encantó el final de esta postal urbana, plena de ternura y soledad. Fabiana

23.5.09  

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