Poema de Marta Riskin
A BUENOS AIRES
Lluvia de agosto o septiembre
dichosa en las despedidas
con su música de candombe
y tamboril de ventanillas.
Sin piedad, alumbra baches,
cicatrices de las zanjas,
los pellejos sin carteles
desnudan oscuras manchas.
Truenos en carcajadas
relámpagos de franqueza
muestran sed de alcantarillas
y costumbres de pobreza.
Taconeando las veredas
agosta todas las lágrimas
y te despioja con peines
de maleza y hojarasca.
Las nubes estrenan goteras
por lamerte las heridas,
descascarar secas paredes
y doblarte las esquinas.
Hasta que la garúa consigue
desaguarte las nostalgias
y para que abraces la vida
te pone a regar las plantas.
Es cuando asomas,
por un instante
y a tu aire,
y a tu aire,
en el espejo de la calle
otra vez, una niña hermosa
la ciudad de Buenos Aires.
De nada me olvido,
de nada te olvides
te bordo en el pecho
la flor de Nomeolvides.
© Marta Riskin
2 Comments:
Mar, al leerte estuve en el medio de la calle Corrientes, mojada y llorona como todos los porteños. Un poema muy hermoso. Beso grande Alicora.
¡Es un candombe!!!, como vos decías.
Me gustó mucho.
Besos.
Alicia Márquez
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