Poema de Amalia Zacoutegui
Algo de mí surgió en medio de las moras,
en las sombras de sueños de aquel patio de niña.
Algo de mí en el hilado del sol sobre las hojas,
joyas inquietas, sortilegios inasibles.
Mugidos tenues a lo lejos, ese susurrar sobre la hierba
como un abrazo complejo que me llama.
Fugitivo anhelo por lo que no se aquieta.
Voraz mi boca tras las moras de la tarde,
tras los patios bordados de esplendor, voraz,
tras los mugidos con que la infancia se nombraba.
Elijo lo que escapa, lo que ya no se alcanza,
lo que nace muriendo, como la vida misma.
Me elige lo que escapa, lo que ya no se alcanza,
lo que muere naciendo, como la muerte misma.
Soy este andar que no sabe que anda
como las moras de una sed infinita.
© Amalia Zacoutegui
9 Comments:
Espléndido poema, una joya. Elige la infancia para filosofar acerca de la muerte y la vida y lo hace con una fuerza poética estupenda. Me subyugó.
Jorge Luis Estrella
Amalia, ese juego de palabras entre...elijo... y me elige...
buenísimo.
Me gustó mucho.
Alicia Borgogno
Coincido con Jorge, este juego para invadir la profundidad del pensamiento.
Besos
Elisabet
Parte de su historia, le recordaron esa película , su misma existencia.
un cariño
David Antonio Sorbille dijo...
Virtuoso poema, Amalia. Te felicito.
"...como las moras de una sed infinita".
verso final espléndido, y no sólo por su significado. Es pleno de eufonía, a la manera clásica. Bien un endecasílabo con cesura femenina en la cuarta: "como las mo(ras)// d(e)una sed infinita", o mejor, un alejandrino francés(5+7)("como las moras// d(e)una sed infinita" hemistiquios, pues, no simétricos, pentasílabo+heptasílabo.
Si me he detenido en ello es sólopor el placer de haberme dejafo arrastrar por las moras de la sierra de mi adolescencia. Inolvidables.
Pere Bessó.
Me elige lo que escapa. Qué bueno, Amalia. Tus poemas son perlas.
Un regreso al aroma de las moras que tengo impregnado desde la infancia y revive en mis manos por tu poema. Gracias y un beso Alicora.
las imágenes tan bien expresadas, pegadas al sentimiento y a la evocación, que hace explotar los recuerdos de infancia, a quien lo lea. Cariños
Anahí duzevich Bezoz
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