15.9.09

Prosa de María Teresa Andruetto



Películas

En mi pueblo había un cine. El dueño saludaba
a los vecinos como un cura a la entrada de su iglesia
y era el cine, en verdad, como una iglesia
a la que íbamos, por la tarde, los domingos. Estaba
sobre la ruta, frente a los trenes que cruzaban
la llanura. Por el veredón paseaban las parejas
con cucuruchos de helado y escuchaban los hombres
el partido en pantalón de baño y camiseta. En el atrio
había un kiosco y en el kiosco una mujer vendía
titas y rodhesias. Con vestidos de piqué, los domingos
por la tarde las dos íbamos al cine, a ver a Marisol,
a Doris Day, a Joselito. Un día no llegaron
las películas y pasaron un drama en blanco y negro.
Recuerdo a la salida la cabeza borracha, el veredón
donde arrastraban su tedio las parejas, los hombres
traspirando sus camisetas de tira y los camiones
que rugían por la ruta, con las luces encendidas,
las primeras de la noche que llegaba.

© María Teresa Andruetto
Foto: Horacio Farroni

4 Comments:

Blogger ©Claudia Isabel said...

Hermosos recuerdos...

15.9.09  
Anonymous Anónimo said...

Sí, los recurdos son hermosos, siempre son hermoso, pero el tema es cómo decirlo, y esta forma tuya es muy bella también, porque si bien es prosa, es prosa poética, porque tiene un ritmo, una cadencia que te lleva y hace la lectura amena, además, son recurdos que perfectamente pueden ser de todos, trapasa es decir la geografía en que lo has creado, son recurdos tambien de mi ciudad del que lo lea con intención artística, muy bueno, Lucas Andrín

15.9.09  
Anonymous Anónimo said...

qué belleza, realmente lo pude ver y ver la niña que lo relataba parada frente a él
gracias
un beso neorme, francisco

23.9.09  
Anonymous Anónimo said...

Querida Ma. Teresa:
En este poema relato, el alma ve detrás de la escena, cómo bellamente las palabras, como tus personajes, salen del cine: "ese mágico espacio, necesario y vital!"
Un abrazo!
Montse Bertrán

24.9.09  

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