Poema de Irene Zava

AUSENCIA

Aparece,
se instala en la luz de mi cabeza.
Es de noche y avanzo por la ruta en sombras.
Vuelo a ras este murmullo que es la noche misma.
Y el árbol poderoso,
milagro de ti,
danza el lujo de lo que tuvimos.

El viento dibuja nervaduras cambiantes
y sisea el pasto.
Jardín sembrado en primavera
y tu marca en el campo y la memoria.
No hay retorno.

Cenizas apagadas en el muro de la casa.

© Irene Zava