Poema de Marián Muíños
NIÑOS-SOLDADOS
Inusitado.
Imprevisible.
Los cavernícolas se abstuvieron.
Los animales jamás lo osaron.
Niños-soldados,
la inocencia acribillada,
los juegos de la crueldad,
la muerte como balón.
Perdido el horizonte,
los límites, la conciencia.
Perdidos los niños
guiados por las bestias.
En el Congo, en Uganda,
en Sierra Leona.
Donde el rey de la selva
ha rapado su melena.
En Liberia, en Somalia,
en Burundi, en Costa de Marfil.
Donde el elefante
es una simple estatua.
En Uganda, en Sudán, y Angola,
perdiendo las entrañas
en el corazón de África.
En Sri Lanka, en Filipinas,
en Burma, Nepal, Afganistán,
Myanmar - ex Birmania-
el miedo devorando la memoria.
En Colombia, donde las niñas
son forzadas a ser "novias"
de depravados adultos.
Y a siete mil niños soldado
lo recluta la violencia.
En Sudamérica, en Asia,
en África.
Allí las víctimas y los verdugos.
En Norte América y Europa:
las fábricas de armas.
Las mafias del tráfico
de la droga y de las tratas.
Niños violados, torturados.
Niños veteranos de guerra.
Heridos, asesinados,
con el alma perforada.
Y una sociedad que no se entera,
pero consume, mueve el dinero
con el que se compra
con el que se vende
con el que se mata.
Una sociedad que no pregunta
por temor a conocer la respuesta.
"Dejad que los niños vengan a mí."
(¿Quién los llama? ¿Quién nos llama?)
© MARIÁN MUIÑOS
12 Comments:
Marían, acompañado este poema con una excelente fotografía, tan acertada como siempre, esa realidad que sólo puede gritarse pero, los poderosos gozan de sordera. Buen poema, muy bueno.
Lily Chavez
¡Muy buen alegato en favor de esa niñez privada de voz, de derechos, de infancia!
Felicitaciones, Marián y un beso grande
María Rosa León
Las aportaciones en favor de la paz, son voces que nos mantienen vigentes en el empeño contra los titanes que ensombrecen los trajes de luz de las infancias.
Muy buen poema.
Desde lo poético la crueldad humana hacia el ser más vulnerable. Bravo, poeta que tu palabra siga gritando.
Felicitaciones.
MARITA RAGOZZA
PARECE IMPOSIBLE QUE CON ALGO TAN CRUEL PUEDAS HACER UN POEMA TAN SENSIBLE Y CERTERO, ES CASI UN REZO
SALUDOS
aNAHI DUZEVICH BEZOZ
Marian: una denuncia necesaria y muy fuerte, con un final contundente. Saludos Irene Marks
Marián, un grito por los que sufren, ¿Un grito como la voz que clamaba en el desierto?
palabras que serán oídas.
Un grito, sí, con el alma hecha poesía, para defender a esos jovenes maleados por intereses déspotas, alejados de la voz y del juego.
La cobardía de aquellos crueles titiriteros desafía a Dios y al mundo. Gran trabajo, gracias por traernoslo.
a seguir, el poeta, Marián, tiene herramientas más duraderas que las armas del enemigo.
Un saludo cordial
Cristian Gentile
Muy bien, Tiene mucha fuerza.
El poder siempre es sordo con lo que no le beneficia.
Saludos,Camilo
AMIGA POETA, me has dejado con la boca abierta, que no es poco, mira que denunciar el espejo en el que nadie se quiere mirar!
Bien, muy bien!
besos
Marta Pimentel
MARIAN QUERIDA PARECIESE QUE FUERA ALGO IRREAL QUE CON IMAGINACIÓN MACABRA CONTASES UNA POSIBLE HISTORIA CASI IMPOSIBLE !
PERO LO TERRIBLE ES QUE ESTO ES REAL SUCEDE HOY!
UNA MONSTRUOSIDAD QUE LES TOCAN A MILES DE NIÑOS ! MILES DE HUÉRFANOS!
ES TERRIBLE Y REAL QUE EXISTE!
"EL DRAMA HUMANO" DEL PODER QUE TEJE LA HISTORIA DEL PODER ARMAMENTISTA Y DE RECURSOS CRÍTICOS QUE VALEN COMO EL ORO!
FELICIDADES, por esa sensibilidad innata que te mueve a preocuparte siempre del que más lo necesita.
Un abrazo.
Susana Cavadas
Muy bueno, Marián.
Me ha sorprendido por lo diferente que es de otros textos tuyos que conozco,mucho más intimistas.
Veo que también sabes defenderte "como gato panza arriba" (como dice la canción "Clodomiro el Ñajo", de Carlos Mejia Godoy y Los Palacagüina), en los siempre difíciles y resbaladizos temas sociales, donde uno es arrastrado más allá de su ombligo por la marea de las circunstancias, la empatía hacia el sufrimiento ajeno que se hace propio y el deseo, quizás utópico, de cambiar un poquito este mundo.
Como decía Edmund Burke: "Para que el mal triunfe, sólo se necesita que los hombres buenos no hagan nada".
Un saludo literario.
Xabier Castro Suárez
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