27.11.09

Poema de Rodolfo Abalos



Una pequeña Pompeya

Enredado en un silencio que se multiplica
las voces de la casa repartida en personas
matizan una soledad que trepa como planta salvaje.
Muchedumbre que se agolpa en la mesa
las paredes como espejos reflejan la mímesis que Aristóteles interpretó
Instantes congelados en marcos
retratos calcinados en químicos
una pequeña Pompeya la palabra familia
para la arqueología del presente
y para cada partida una lápida furiosa que crece.
Almanaques que no me ayudan con el tiempo
sostienen recuerdos con inscripciones de eventos
Cada vez más cerca de la puerta supe que estaba ahí
que si salía otro cuerpo me iba a remplazar
otro retrato sobre el mueble iba a aparecer
un gesto chueco para el pasado erigiéndose del polvo
mi espalda y la espalda del otro dividirían esta sensación
me dislocaría en un saludos ingrávido
me dejaría desnudo allá afuera
y muy adentro como un puñal aceitado
la distancia: para un lado la melancolía y para el otro la nostalgia.

© Rodolfo Abalos