Poema de David Rosales
Nada resta
Nada resta
de aquellas piedras
donde la lejía blanqueó mis alas, madre,
de las fundas bordadas de corazones,
de los encajes de la fiesta de enero.
Nada resta
del dolor tendido en los arbustos,
de tus vestidos de terlenka,
del ajuar de tu boda
(después de mi hermana).
Sin embargo,
en frascos de vinagre
guardo el sonido de tus labios,
los latidos de tu cuerpo,
la penitencia de tus manos.
Hoy abrí uno de ellos.
Esparcí los cantos en el viento,
las palabras impregnaron la casa,
reverdecieron el manzano y el rosal del patio.
© David Rosales
Foto: Horacio Farroni
5 Comments:
David:
Bellas metáforas para tan tierno recuerdo
me llegóooooo
desde graciela abrazo
Oh, David, he leído más de una vez el poema, me gustó muchisimo la idea de los frascos y esos recuerdos fuertes, potentes que mencionás, la tela del vestido,muchas cosas. Muy lindo!!
Lily Chavez
Nada resta, pero tu poea Suma.
Sensiblemente, fanny
Encontrarse entre eos sabores, brisas, aromas. Muy bello
besos
Elisabet
Pura presencia!
Besosssss
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