Poema de Michou Pourtalé

Sentada sobre un banco de plaza
maltratado, el zefiro de las diez
apacigua el calor primaveral.
Magnífico un Alvear con su mano
señala algo ilusorio a plena Recoleta
bifurca el tránsito de un antagonismo
histórico entre clases, del bajo hacia arriba
al costado de la plaza, el bronce abultado
de San Martin de Tours corta su capa
con la espada, contrapunto escultórico
entre pequeñez y desmesura.
Sin alguien a mi lado respiro
el llamado de la placidez en su buen y
honorable sentido. Evadirse resulta
remedio fácil, la mente en blanco
borra ecuaciones, peligros, manchas.
Es línea verde el ligustro de hojitas
amorosas, otras líneas con buses
enfilan hacia el microcentro y
las palomas a mi alrededor y
este trotar sudado de un deportivo
en negro me sacan del ruido citadino.
Casi floto sobre los milenarios árboles
del Pilar mientras juntos placer y ocio
me instalan dentro de un buenosaires
peculiar, genuino, atiborrado con turismo
que se muestra a la vez barroco minimalista.

© Michou Pourtalé
Foto: Gustavo Tisocco