Poema de Graciela Maturo
Ha cantado otra vez en la catedral de la noche.
Cuando sólo algún pájaro anochecido vela
cuando la luna calla
y el ángel sonríe, ciego.
Pude escuchar su canto rozando las ventanas
y las cañas unidas de nuestra casa.
Su voz acariciaba la cabellera de los álamos
el laurel, las ásperas piedras, el retamo.
Penetraba en las mansas alcobas y besaba
la frente deshabitada del que sueña,
la mesa, los tiernos retratos, las cucharas.
El canto vuela lejos
sobre tumbas desiertas
donde una mano temblorosa ha escrito
un nombre amado.
La voz se confunde ahora con el viento,
ríe en la inmensidad de los espacios
dibuja la arquitectura incomprensible y bella
de una rosa.
Es un viento de esporas y semillas
un canto de otro mundo que me moja la frente
con la palabra viva de la resurrección.
He escuchado la música que baja de los cielos.
© Graciela Maturo
7 Comments:
Admirada Graciela. Gracias por este canto poético "que baja de los cielos". Poema mayor.
Con cariño te saludo.
Emilce Strucchi
Querida Graciela, maravillosa compenetración de tu alma con la naturaleza creada por Dios.
El campo semántico de lo sonoro está en primer plano.
Cristina Pizarro
Un himno a la poesía!!
Cuánta maravilla!!
Mi admiración.
Un mimo al alma!!
LLEGAR AL POEMA DEL POEMA!...
UN PLACER
LIDIACC.
Querida graciela
Un poema donde el cielo resume la metáfora del ser, me conmovió profundamente ese viento como canto de otro mundo, el pensar en la resurrección y en tu poesía que todo lo expresa.
Un abrazo
Graciela Licciardi.
La música que baja de los cielos siempre deja semillas de hermandad...un abrazo, María Chapp
Graciela: canto, viento y voces que logran hacerme ver el lenguaje del cielo. Un abrazo Maria julia Druille
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