Prosas de Hernán Tenorio
V
Se escucha: el llanto de un bebé, la mueca de una guía mnemotécnica, la glorieta de un parque en alquiler y todo tipo de asperezas sobre una superficie de líquenes nocturnos.
Proporciones claudicantes de edificios de alcaucil, es decir, un insoportable olor a repollo pululando en la cocina y motas de estalactitas colgando del suelo.
VI
Sonó el reloj en lo que va del año: dos o tres veces; para perturbar el aire, enrarecido en la médula ósea del crepúsculo. El llanto ya es un capricho del pasado, un remolino de caricias inunda el hipotálamo del mercurio y un sonajero de risas, carisma de montaña, soporta con felicidad lo resuelto. Todo desenfreno es silencio en vapor de niebla y lo constituido en sorpresa, una cantimplora llena de veneno.
® Hernán Tenorio
4 Comments:
Gracias Hernán por formar parte de este sueño que es el de difundir, desde este pequeño espacio a poetas contemporáneos.
Un abrazo Gus.
Muy buena iniciativa, Gus, que nos deja conocer tantas voces maravillosas.
Hernán son prosas impecables donde el sentir del poeta se abre al sentir del lector.
Muy buena!!!
Ambas prosas marabillosas, muy buenas las metáforas empleadas...
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