Poema de Paulina Vinderman
Postdata
Y todavía no te he hablado del
deterioro del correo en esta oscura provincia
del imperio.
El empleado únicamente gruñe
recostado contra un almanaque del año anterior
(un fondo excesivo de flores, vacas y montañas)
pero ahora lo enamoraron los destinos de mis cartas,
sonríe —algunas veces—
y puedo apostar que piensa en mí
cuando cruza los puentes rumbo a su almohada.
Uno puede adueñarse de los sueños de otros
para no morir, uno puede aceptar la vida como una
representación del deseo.
Así es que sin turbulencias, invento falsas
cartas a escribir —
exóticos remitentes en la mañana que tiembla—
y ese hombre y yo
volvemos a ser porosos, invencibles,
por un rato.
® Paulina Vinderman
9 Comments:
Gracias Paulina por acompañarme en este sueño de dar a conocer a poetas contemporáneos admirables como tú.
Un abrazo enorme Gus...
COMO SIEMPRE, ES HERMOSO LEER A LOS AMIGOS...Y A SU GRATA POESIA
un poema que marca, que deja muchas interpretaciones.
Un placer leerla.
Ese placer que se siente al leer y penetrar en un mundo maravilloso, no tiene nombre; es maravilloso, como lo es el hombre del correo.
Un abrazo,
Sonia
Heme aquí, disfrutando de la buena poesía. Felicitaciones.
Que Hermoso final y que hermosa poesia.
Saludos
Lidia Gaytán
brillante! con este poema te hacés parte de mis sueños y mis pensamientos camino a la almohada también.
Leer tu poema es dejarse atrapar por la magia de las palabras concebidas para conmover desde la estética y los sentidos.
Hermoso.
Graciela Bucci
Ese empleado de correo es cada lector, cada lectora, sostenido en la ficción o acción amorosa de la escritura. Esa oscura provincia es cualquier puerto de la red. La comunicación hace trascender al emisor y al receptor.
Rubén Vedovaldi
Publicar un comentario
<< Home