Prosa de Francisco José Malvárez
OJOS DE MADRE
¿En qué confín del universo las estrellas callan sus ojos?/ ¿sobre qué témpanos suenan las trompetas de los arcángeles?/¿por qué juntan agua sucia las esquinas?/ ¿por qué caminan bamboleando las caderas esas mujeres?/ ¿por qué son reinas sin reinos, esas mismas mujeres?/ ¿por qué son tan baratas las putas?
¿En qué confín las estrellas callan sus bocas para no pronunciarles el nombre, para que nos se les asome una luna, para que no sueñen ni amen, ni conozcan un Domingo bajo el sol?
¿Sobre que témpano suenan esas trompetas de miedo, los bronces que llaman a los héroes, a los reyes por sus reinas, los que las salven por un instante con las eternas baratijas?
¿Por qué juntan agua sucia las esquinas de las putas?/ siquiera sirviera para que les laváramos los pies como la María Magdalena se los lavó al Cristo de la cruz.
A cada pregunta una gota más al la soledad de los océanos/ otro silencio que empedra la calle desierta/ y vos y yo que pasamos tantas veces gastando hasta lo inconcebible los zapatos y el alma/ por esas calles/ por aquellas esquinas/ denunciamos en la palabra la impotencia y lo irremediable frente al destino.
Y vos y yo, decía, absurdos poetas de cuarta/ cajoneamos el dolor escondiéndonos tras el vino/ pero ebrios se los gritamos a las calles vacías/ apoyándonos en las farolas de alguna de aquellas esquinas.
Las putas nos bendicen con la tristeza incrustada en sus miradas/ y nos llevan/ y nos tiran sobre un catre/ y se quedan cuidándonos con los ojos despiertos/ con la mirada atenta y profunda de una buena madre.
® Francisco José Malvarez
4 Comments:
Fran lo que importa es la humanidad, el amor, la comprensión.
Bellísimo texto cuasi homenaje.
Un abrazo Gus.
Excelente forma de describir la vida, el amor, las miserias...
Bello, bello...
Primero ¡Felicitaciones!, luego, si me permites, una reflexión:
ELLA
(Alfonsina Storni)
Recuerdo que todos rezamos por ella,
al tiempo que su voz nos colmaba de poemas, consignas
y corcheas repletas de rebeldes pentagramas.
También recuerdo haber conversado con los sabios,
pidiendo explicaciones que tradujeran el sentido de la ausencia.
Y tu voz me contestó argumentando los pasajes de un tiempo de trascendencia,
mientras un cirio se iba apagando lentamente
hasta el pabilo ennegrecido de la nostalgia quieta.
Si las coincidencias convergen en un caudal de aguas espejadas
y las almas se reúnen en luces abisales,
seguramente la fusión de todos estos seres olvidados o evocados,
conformará la espiral que llevará, hacia su centro, el preludio del amor eterno.
Tal vez, ese compendio de espíritus entrelazados
permita que en este mundo lluevan nuevas gotas de esperanza,
restaurando las lívidas sombras de entes sin imágenes.
Quizá, el misterio que no alcanza a interpretarse, no sea más que una página íntima.
Tan íntima como la angustia que se calla.
genial...
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