Poema de Luis Benítez
UNA GARZA EN BUENOS AIRES
Algún pincel trazó una rápida letra S
delgada y blanca
sobre el agua castaña y allí estaba
de improviso la garza,
los turistas no la vieron
y ella sí vio todo y a todos, rápida
e inmóvil sobre el milagro del agua.
Un espejo en medio de la ciudad
negligente, pintado de transparente,
un ojal abierto que abrochó en un solo momento
toda la ropa vestida por el invierno.
Ella seguía en la orilla fatal de su propio Amazonas,
la pata desdeñosa replegada contra el cuerpo,
en un decir mi equilibrio está hecho
de una perenne silueta
y de una manera perenne que no los reconoce.
Era un arpón paciente atento sólo al cálculo
entre el berrido juguetón de los patos domésticos,
solamente ella precisa como una diminuta guadaña
en el Jardín Japonés que afable exponía sus gracias,
con esa serenidad oriental que nada sabe
de los bruscos asesinatos de una garza con hambre.
Todos se fueron pero de modo igual yo no vi nada:
faltó un segundo entre las cosas, creí;
un instante en el instante siguiente
fue sanguinariamente salteado,
pero cuando la garza voló
otra vida que la suya en el estanque faltaba.
© Luis Benítez
4 Comments:
Bello poema Luis, para pensar más allá de la lectura.
Un abrazo Gus.
Hermosa tu pintura y la reflexión que motiva, muy profunda, Luis.
Cariños
María Rosa León
Querido y admirado Luis:
Una vez más ante uno de tus excelentes poemas, verdaderos faros del buen uso de la palabra poética y la profundidad del texto. Tu Amistad me honra. ¡Felicitaciones!
Un fuerte abrazo,
Jorge Orozco
Más allá de las palabras, el eco de pensamientos sutiles que retozaban en el fondo de un pantano de hastío, salen a través de tus versos en la lectura.
Para la meditación, para la contemplación de aquello que es invisible a los ojos y tangible al espíritu,
Un excelente poema, que como bien dice Gustavo, es para pensar mucho más allá de la lectura.
Verónica
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