18.3.07

Poema de Ricardo Rubio





LOS ÁRBOLES Y LOS DRUIDAS

Extendido a la sombra, morada de la noche,
retraigo los lugares de mí:
las espinas del tojo y el agua de lluvia.
Una mano agrícola contrae estas venas
y siembra un silencio antiguo en la geografía del azar.
Los Ogros impacientaban la greda
arrullando urgencia y quemazones;
los Elfos cerraban los bosques con fraguas y arquerías;
los espectros villanos,
robadores de calma en las aguadas;
los Colosos que al menor ruido fatigaban el estruendo.
Y había gnomos para alegrar las fiestas
donde no llegaba el Lanzador de Esporas;
Gigantes de Piedra y de Fuego
caminaban la tierra de la vida y el imperio anterior.
Esas son mis leyendas,
extremos de los días y las noches regidos por el roble,
genealogía de sueños donde intentan volar los Urogallos,
donde los Grifos juegan a duendes,
donde el Fénix es azul y no es bueno.
Celta impaciente, mi madre,
evita el Fantasma de los Abedules:
echa al aire su oración y canta.

© Ricardo Rubio

2 Comments:

Blogger Gustavo Tisocco said...

Bello poema Ricardo, se siente lo celta...
Un abrazo Gus.

18.3.07  
Anonymous Anónimo said...

Hermoso tu poema, Ricardo, con toda la magia de la mitología celta.
Cariños
María Rosa León

18.3.07  

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