Poema de Francisco José Malvárez
T826
OLOR
Quítame ese olor a espera,
a sombra,
a frío y muerte
que me martiriza el alma.
Quítame esos sonidos lastimosos
que me mantienen ausente,
abridme el pecho,
que vuelen los versos,
que el poeta ya es piedra
en los brazos del aire,
que reposa en su tumba de barro
entre los dientes de la tierra.
¡¿Qué me he hecho,
para que sangren de mis ojos flores negras y blancos epitafios
y flote ciego en el vacío, casi a la deriva, mendigando,
y cavilando dude de la veracidad de mi existencia?!
Quítame ese olor,
desincrústame de la memoria silente,
la que me vio llorar frente al espejo hueco,
donde lloraba, también, mi fantasma aterrado.
Déjame niño,
vértigo, inocencia y asombro,
ya desnudo de esa piel agotada de olor a sombra,
ya a la intemperie del llanto,
sácame de la huesa y abrázame,
sólo abrázame y hazme creer que aún no he muerto,
que estoy en tu recuerdo,
que soy uno de esos pájaros que aún agitados te habitan
y besa el aire como si fuera mi frente
y no llores, no ahuyentes a los dioses, en nombre de los dos.
© Francisco José Malvárez
2 Comments:
Bello poema Francisco, pese al dolor y desazón que de él destilan.
Un abrazo Gus.
"...abridme el pecho que vuelen los versos..." Una maravillosa síntesis de la misión excelsa del poeta, Francisco.
Muchos cariños
María Rosa León
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