9.4.07

Poema de Raquel Luisa Tepich


EL ANDÉN

Tardecita de verano,
estación
El Ceibal,
Andén
primero,
una multitud
de pasajeros
se desplazaba de prisa.
El tren de Pilcomayo estaba arribando.
Impactada por el
la belleza de una niñita,
morena, ojos azules e interrogantes,
vestida de harapos, con una muñeca
aferrada a su pecho , ofreciendo el amor
que
ella carecía;
sentada en uno de los tantos bancos
deteriorados por la maldad
humana,
a la expectativa de una dadiva.
Caminé hacia
la diminuta niñita,
tomé unas monedas
y un paquete de galletitas de cereal
de mi bolso, se las entregué,
me sonrió, temerosa.
Súbitamente nos abrazamos,
olvidamos nuestras tristezas,
reproches
y cuestionamientos a la vida.
El tren
atracó, besé a esa muñequita
frágil
y carenciada .
Subí los peldaños , crucé un pasillo,
tomé el asiento pegado a la ventanilla
la máquina se fue
alejando, no mi desazón
e impotencia
ante la desemejanza humana.

© RAQUEL LUISA TEPPICH

5 Comments:

Blogger Gustavo Tisocco said...

Bello y emotivo homenaje para nuestra infancia castigada, que muchos no quieren ver...
Un abrazo Gus.

9.4.07  
Anonymous Anónimo said...

Muy bello tu poema, Raquel, con esa descripción tan vívida del paisaje y de su gente.
Cariños
María Rosa León

9.4.07  
Anonymous Anónimo said...

Hola y gracias por el comentario a mi poema.Un honor Gus de estar en tu blog
Abrazos y besos
Raquel

10.4.07  
Blogger Catalina Zentner Levin said...

Siempre disfruto leyendo tus poemas, querida Raquel.

15.4.07  
Blogger Alberto Peyrano said...

Cada alma se reencuentra en el otro gracias al Amor, Raquelita. Hermoso mensaje hay detrás de tus palabras. Un gran cariño y beso
Alberto Peyrano

26.4.07  

Publicar un comentario

<< Home