Prosa de Verónica Petek
Caracol
Escondido en el surco de la lluvia, cuando los mosquitos invaden la humedad del ocaso, bajo las pesadas gotas de sudor envuelto como caracol marino, sin defensa, me encuentra la primavera infinita.
Los colores se tornan cobrizos, es el sol que hace presencia en la piel y en el alma de los viejos marinos.
Me deposita mariposas el viento, perdiendo la fuerza han caído, en el mismo lodo en el que me encuentro, su desamparo es comparable con el olvido de millones de niños.
Qué me traerá junio, seguirá la secuencia este año, como otros tantos.
Te prometo lo que ya ni siquiera sé si podré cumplir, tonta de mi viviendo en una nube de estupidez.
Te pido paciencia, tiempo pero, para qué?
Tal vez es más difícil pedirte perdón, tal vez soy tan egoísta que no puedo pedirte el olvido.
Entonces me encierro en este caldo que me agobia, no uso abanico (hace tiempo que no lo hago), como si de esa forma pudiera ir ahogando todos estos sueños.
Me arrepiento de soñar, de sentir, quiero convertirme en ese caracol de mi metáfora y endurecer hasta convertirme en la piedra insensible que me merezco.
© veronica petek
Foto: Gustavo Tisocco
6 Comments:
Duro como sentirse nada en todo el espacio...
Un abrazo Vero, Gus.
Muy buen texto y excelente foto.
gracias gus a vos y a toda la gente hermosa que entra a la pagina para compartir y leer .la verdad es que me encanta formar parte de este bello sitio.
un beso
veru
a veces estaría bueno convertirse en caracol, pero pese a todo vale la pena no andar con la casita a cuestas.
Un abrazo!
Muy hermoso tu poema, Verónica. Con toda la fuerza de ese grito de dolor.
Te mando un gran cariño
María Rosa León
mi querida poeta, bellísima la prosa, pero no te me hagas caracol y menos piedra, haces falta, sos necesaria y recuerda siempre que una montaña te espera y un río y unos pájaros.
un beso enorme
francisco
Publicar un comentario
<< Home