Poema de Lola Bertrand

NUNCA TOCARÉ EL HORIZONTE

Nos duelen los dolores:
tristes, cursis, machacones , sin recursos…

(dicen que amor rima con dolor)

Reiteramos hasta la saciedad
los conceptos: tic-tac, tic-tac;
la danza fúnebre forma un círculo de amorfas palabras.

(la duplicidad va macerando ternura con veneno)

Pero…
un agujero negro no sabe de estas cosas,
no conoce el principio ni el fin,
no existe pero está,
escarba, se escarba, como un pozo hondo , hondo,
sin pies, ni cabeza , ni dedos brújula,
ni yo, ni tú.

(la mente se estrangula y olvida lo que sabe)

Nos lloramos en la histeria de la risa,
que nace en ese tan manido,
-amor que rima con dolor-
hasta volvernos careta sin cara,
ocres,
demasiado dúctiles, comodín…
Y empapamos los cabellos de vinagre
antes de extender sobre el lecho la sombra del cadáver,
para …
seguir con vida…

( cada trescientos sesenta y cinco días que transcurren,
me acerco más a ti
-la guadaña siega rápida- nunca tocaré el horizonte…)

© Lola Bertrand