31.8.07

Poema de Graciela Pucci


Los labios del tiempo despiertan
y pronuncian, mojada de lluvia
la primera palabra que recuerdan.
Jorge Teillier

AULLIDO NECESARIO

Esa boca que no calla
renueva cadáveres en la piel
le ruego que enmudezca
que vuelva a dormirse en el olvido necesario
...................... no quiere
rebelde en su decir
........................ desprende dolorosos recuerdos

manos de piedra trepan a mis oídos
..... y la impúdica boca... no calla

me niego a escucharla
busco el silencio en una mirada
..... ojos cobardes ... escapan hacia los de antaño
................. protectores y amados

....................... ciega
regreso a mi refugio de algodón mojado
.. (útero ancestral que me han impuesto)
............... me incomoda
.................. huyo

la acuática esencia
me lleva a profundidades sólo mías
.................. encuentro alas
.................... vuelo

¡impúdica boca ..... ya no te temo!
¡ojos cobardes..... ya no los miro!
....... -pronuncio desde la altura-

............. detengo el vuelo

............. mi boca se desangra
................ la escucho
................ -me escucho-
.. labios despiertos esparcen realidades
.. los que están fuera de mí... no quieren oírlas
-espejo de almas.... en el que no me reflejo-
......................... giro

dejo mi espalda alada
........................... en el hueco de una sorpresa

la impúdica boca
.................... y los ojos cobardes
................ se repliegan
.............. no los necesito

rescato el aullido primigenio
............................... que yace en mí
y sobremuero cada instante
.......................... para renacer conmigo

© Graciela Pucci

3 Comments:

Blogger Gustavo Tisocco said...

Bello poema Gra, se descubre a la mujer, al renacer de ella misma...
Un abrazo Gus.

31.8.07  
Anonymous Anónimo said...

Excelente tu poema, Graciela. Es un placer enorme encontrarte y leerte.
Cariños
Maria Rosa Leon

31.8.07  
Anonymous Anónimo said...

Gracias María Rosa y gracias Gus por los comentarios, después de algunos meses de silencio, regresé, y es una alegría enorme reencontrarme con tanta calidez. Un abrazo.
Graciela Diana Pucci

1.9.07  

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