Poema de Alberto Peyrano
BAJO
Me inclino a la sombra de este añoso ciprés
para llenar de hojas secas mis manos.
Deambulando peregrino en búsqueda del sol,
me detengo, sin embargo, a la luz de este color.
Las contengo en mi palmas, tal vez desde ellas
alguna hormiga escapa, temerosa e incierta,
nas no importa el habitante furtivo
sino la sensación de apreciar lo contenido.
Hojas que fueron mecidas por el viento
y cayeron danzando en blandos giros...
Tal vez nunca imaginaron que en la tarde vacía
a unirlas con mis límites yo me detendría.
Y es ésta la existencia: lo muerto con lo vivo,
conviviendo sin pausa sobre cauces dormidos,
bajo nubes que pasan sin cesar el camino
cambiando sus contornos de vago difundido.
Y el ciprés me refresca, me descansa, me place
y recuesto mi testa sobre cuerpo tan erguido,
entrecierro mis ojos y mis manos aflojan
liberando las hojas que duermen ya conmigo.
© Alberto Peyrano
5 Comments:
Y en esa interacción hombre/naturaleza toda la vida.
Un abrazo Gus.
Alberto: Tu poema me pareció un hermoso canto a la naturaleza como fuente de vida y de felicidad.
Un cariño grande
María Rosa León
hABITANTE FURTIVO, PALABRA FRATERNA DE AMISTAD DURADERA,SIEMPRE. uN ABRAZO,TU MARIA DEL MAR
Muy buen poema, casi un canto a la vida.
besos
Elisabet
Gracias amigos por todos los comentarios y gracias gus por permitirnos la alegría de compartir este espacio!
Con cariño
Alberto
Publicar un comentario
<< Home