Poema de Edna Pozzi
El pueblo era rico y avaro
con una moneda vil en cada mano
y la frente cruzada de plátanos.
Tú recogías cebollas en el basurero
y cáscaras de limón
y armabas un gran fuego circular
soplando sobre nuestros ojos.
Bailabas, después.
Oh, niños, en una noche como ésta
los príncipes de la tierra caminaron hacia el sur
y bordaduras de plata en sus caballos
resonaban como cálices
traían laureles y azucenas
y olían como doncellas de cuento
con una mezcla de malva y azúcar.
Derramaron telas de oro
y aceite sobre el frío pueblo
que encontraron al amanecer.
Los niños vestidos de raso
y sombreros de plumas
agitaban abanicos de palmas
y se encendían hogueras con ojos de pavo real blanco.
Los píes desnudos sobre la tierra seca.
La ceniza caía en tu cabeza
mientras se oía el distante galope de los príncipes
de la tierra.
Se iban, madre.
Todas las noches, se iban.
6 Comments:
Mágico Edna como toda tu obra.
Un abrazo Gus...
Edna, un placer ver el recorrido de esa niña en tus versos
Con cariño
Graciela Licciardi
Un poema que es una verdadera pintura algo surrealista. �Feicitaciones y un cari�o grande, Edna!
Mar�a Rosa Le�n
Un poema maravilloso que agita la imaginación.
Un gusto leerlo.
Bello poema. Dolor, magia y lucidez en esa niña que, a pesar de los cuentos de hadas, no puede sustraerse a la realidad.
Gracias.
Alicia Perrig
Escrito con magia una realidad muy dolorosa acarca del mundo indiferente que ve a los niños juntar cebollas entre la basura.
Excelente.
MARITA RAGOZZA
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