Poema de Elena Cabrejas
En el ritual del sueño he encontrado a mi padre
tal vez mucho más viejo
pero tan dulce como entonces.
Entre hilachas de cielo lo miré pronunciarme
con el lenguaje mudo que guardaban sus ojos
para aquellos momentos
en que fulguraban los secretos
de su barba y mi pelo.
Tan igual nuestros rostros
esparciendo silencios por la casa
entre el pan de mi madre en la cocina
y la hornalla del tiempo
consumiendo sus vidas plenas de invierno leve
y de cuerdas apenas insinuadas
en la recia techumbre de sus manos
............ hechas para salvar.
© ELENA CABREJAS
4 Comments:
Melancolía y belleza en este gran homenaje Elena.
Un abrazo Gus.
Elena: qué buena imagen : la techumbre de sus manos hechas para salvar. Sí, generalmente no hay vientos huracanados que las vuelen.
Están hechas para la caricia y el auxilio. Un abrazo, Laura Beatriz Chiesa.
Excelente. Este poema me ha llegado especialmente...
Un abrazo
Elena: Un poema tierno como las manos que acunan.
Víctor H. Tissera
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