Poema de Mirna Celis
Arrebatos
Arrebatos del alma,
de la piel y la sangre azulina.
Sin aviso
entrás y te instalás
haciendo hogueras,
avivando los deseos aletargados,
devorando mi esencia.
Así, muy así, es que con tu arte
pierdo el imperio de la razón
y te doy las rosas de la derrota.
Me entrego a tus manos invencibles
dejo el poder, para ser tu esclava.
No reclamo libertad o el territorio perdido,
porque en ese encuentro
no existe batalla,
ni lucha,
es un combate de labios
que hacen treguas
y solo saben a una victoria de Dos.
© Mirna Celis.
5 Comments:
Una lucha en que no hay derrotas, un abrazo Gus.
Mirna: ese tipo de arrebatos son compartidos, los territorios del corazón, no se pierden. Lindo poema,Un abrazo, Laura Beatriz Chiesa.
Fogosidad y maravillosa derrota la del amor.Un poema con fuerza.
MARITA RAGOZZA
Hermoso Mirna, tu arrebato de amor que siempre culmina en "una victoria de Dos"
Felicitaciones y un cariño grande
María Rosa León
El arco y la flecha...en tension...
Caravana; escuchame..; No existe nuestro paso por el mundo, somos el paso que da el mundo sobre la nada. No veníamos de ninguna parte ni vamos hacia algún lugar. Si hay algo que duele, es solo el andar.
La verdad es..pero la verdad es q
No se por donde empezar esto...
En aquel tiempo
estaba loco.
Había perdido un país
pero había ganado un sueño.
Y si tenía ese sueño
lo demás no importaba.
Ni trabajar ni rezar
ni estudiar en la madrugada
junto a los perros románticos...
Y el sueño vivía en el vacío de mi espíritu.
Una habitación de madera,
en penumbras,
Y a veces me volvía dentro de mí
y visitaba el sueño: estatua eternizada
en pensamientos líquidos,
un gusano blanco retorciéndose
en el amor.
Un amor desbocado.
Un sueño dentro de otro sueño.
Y la pesadilla me decía: crecerás.
Dejarás atrás las imágenes del dolor y del laberinto
y olvidarás...
Pero en aquel tiempo crecer hubiera sido un crimen.
Estoy aquí, dije, con los perros románticos
y aquí me voy a quedar.
Esa perreria es, de algun modo este lugar donde estoy y no se, por donde empezar esto.
Quedé suspendido en un vacio
En este poema los artilleros están juntos.
Blancos sus rostros, las manos
entrelazando sus cuerpos o en los bolsillos.
Algunos tienen los ojos cerrados o miran el suelo.
Los otros te consideran.
Y mi ala rota por los pantanos
Ojos que el tiempo ha vaciado. Vuelven...
hacia ellos... los dos
El reencuentro sólo les devuelve
la certidumbre de su unión.
PD: Albricias! y pajaros... claro..pajaros! nada de tigres no. La flor..nos ha dado su escandalo.
La flor...nos ha dado su escandalo
Que costumbre "M" la suya..de eternizar plumas..por el aire.
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