Poema de Ricardo Rubio
La calle es hija de los lamentos de siempre
en los que flota una negra sangre sin arraigo,
sin milenios ni destino,
sin sol de siempre.
Olvidados de la risa
nos movemos sin auténticas manos,
instantáneos, repetidos,
con puro viento hurónico y loco.
La noche se invade y se bestia,
el silencio se desenvuelve;
y la niebla cae, y el odio y el volcán.
Cada vez que la tierra entreabre sus lamentos
se me bruma el alma.
© Ricardo Rubio
3 Comments:
Para leer, para ir más allá hasta reflexionar.
Un abrazo Gus.
Muy bella evocación del paisaje exterior que refleja el paisaje interior del poeta: "cada vez que la tierra entreabre sus lamentos,/ se me burma el alma."
Felicitaciones, Ricardo y un gran abrazo
María Rosa León
Una descripción de la calle lóbrega y un nuevo uso de vocablos.
Muy bueno.
MARITA RAGOZZA
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