9.9.08

Poema de Eduardo Chaves


PENURIAS MÍNIMAS

Me dan pena los libros cerrados
las casas sin faroles
.............
los zoológicos.
Los bancos de las plazas en invierno
los acuarios
los balcones de hierro
las iglesias de altas torres y campanas mudas...
Me ponen triste las veredas con lluvia
los relojes de pared
los terrenos baldíos
los árboles de noche bajo letreros luminosos
los floreros vacíos
y las ventanas con vidrios empañados.
Cuando esta espina de fina circunstancia
me invade y me conmueve con su tenue cuchillo
debo aceptar que en los próximos minutos
seré la víctima propicia
...
de una límpida... poética nostalgia.
Nada hay más dulce ni más insoportable
que esta inquietud secreta y minuciosa.
Uno se disuelve de a poco
... es hoja seca en el viento
el corazón se agota y cae
como un pétalo ...
como un resto de nube sobre el mar
y esta dolencia antigua de suave mordedura
se apodera del nombre que me dieron de niño.
Todo lo lejano se convierte en tragedia
los cometas fugaces que no pasaron nunca
...
el diluvio ... la nieve ... los eclipses
el poema que duerme detrás de mi entusiasmo
la canción que cantaba cuando tuve veinte años
el beso que nunca le di a mi compañera de banco.
Creo que muero de esta muerte infalible
cuando me siento gris y pienso
que podría contarte estos pequeños sucesos
las penurias mínimas que aparecen de pronto y me vuelven a cero
los sobresaltos que me hacen humano
y al mismo tiempo inaccesible
como un despojo cósmico
...
como un jazmín
......
o un sueño.

© Eduardo Chaves

12 Comments:

Blogger Gustavo Tisocco said...

Melancólico conteo de la pérdida Eduardo.
Un abrazo Gus.

9.9.08  
Anonymous Anónimo said...

Eduardo: un poema que recorre estados de ánimo, como disparador de nuevas expresiones. Me gustó mucho, Laura Beatriz Chiesa.

9.9.08  
Anonymous Anónimo said...

Eduardo: tu poema me ha llevado por todos esos lugares, por esas neblinas, faroles, ventanas de lluvia gris en los cristales... Ando por esos zoológicos [urbanos y humanos] y me reencuentro, por virtud de tu poesía, con la melancolía de esta tarde... Gracias por compartir tus palabras.

José Manuel Solá
[Puerto Rico]

9.9.08  
Anonymous Anónimo said...

querido amigo:

placer de los placeres leerte, escucharte, saber que tu voz se desliza por las palabras como ese pez en el agua...Felicitaciones Edu y en lo personal, no conocía este poema.Un abrazo

9.9.08  
Anonymous Anónimo said...

Eduardo, tu poema con su nostaglia y a la vez alegria
Muy bueno
Un abrazo
Marite

9.9.08  
Blogger Avesdelcielo said...

La sensibilidadno tiene penurais mínimas. Hermoso poema. Felicitaciones.
MARITA RAGOZZA

9.9.08  
Blogger ©Claudia Isabel said...

He viajado en tu poema y bebí toda la tristeza...
Un gusto leerte.

10.9.08  
Blogger María Rosa León said...

¡Muy bueno tu poema, Eduardo!
Todos, de alguna manera, transitamos y compartimos esas penas mínimas cotidianas.
Felicitaciones y un fuerte abrazo
María Rosa León

10.9.08  
Anonymous Anónimo said...

Cada detalle una pena, una tristeza que se aloja en el alma y que se desliza por tu poema como un collar de belleza. Te mando un beso EDUARDO.
OLIMPIA BORDES

12.9.08  
Anonymous Anónimo said...

Un poema para detenerse y beber de sus espacios.

Gracias.

Andrea Álvarez

14.9.08  
Anonymous Anónimo said...

Más allá de la belleza de las palabras admiro, profundamente, el ritmo, la cadencia, la música en los poemas de Eduardo. Aplaudo.
Alicia Perrig

24.9.08  
Anonymous Anónimo said...

Un dolor ilimitado, una espina que se comparte, porque se advierte a travès de la sensibilidad que es una forma de vida, una forma de no cerrarse, aunque duela. Este poema es o que debiera ser la vida de los hombres, una destrucción de todo límite. Me gustó mucho Irene Marks

27.12.08  

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