Poema de José Emilio Tallarico
Teníamos que amanecer así,
en el ambiente del disturbio rojo,
y suponer que el pensamiento
no se desmerecía al habitar
un artificio de fantasmas,
sino que únicamente escudriñaba
entre el vapor y el bien
de una plástica incierta.
(La obviedad de que todo
se fingiese oculto
-el azaroso cortinado,
la fragancia de esa emulsión desapacible-
regresaba a nosotros como un vínculo
celosamente consentido.)
Y el amor, reposaba.
Desde la trama insular de la primera noche
descorrí mi caricia, agradecido.
Los espejos en la desnudez huían
hacia un susurro inabarcable.
© José Emilio Tallarico
4 Comments:
Poema para leer e ir más allá José.
Un abrazo Gus.
Testimonio muy expresivo. Alda
¡Genial, José Emilio!
Esas imágenes sensoriales que van deslizando casi fotogramas de ese espacio y en el medio, un verso sublime: "y el amor reposaba."
Una fiesta leerte.
Dr. Usted padece de talento.
Un fuerte abrazo
María Rosa León
Un singular y hermoso poema para disfrutar.
Víctor H. Tissera
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