Poema de José Luis Visconti
callo
y el sonido del desierto
pega en los oídos
hiere
deja la marca de un zumbido
hecho de nombres
que tal vez olvide
instalados en la sangre
se dejan flotar
se acumulan
al final del camino
para volver a partir
después es el viento
lo insoportable
el grito sin eco
la mañana llega
entonces
olvidándose de mí
quemando
los rastros más oscuros
de mi noche.
© José Luis Visconti
Foto: Gustavo Tisocco
1 Comments:
Qué buen poema! El sonido del desierto, el grito sin eco, que terrible y tan cierto.
Un abrazo,
Patricia González Cerri
Publicar un comentario
<< Home