18.11.08

Poema de José Luis Visconti


callo
y el sonido del desierto
pega en los oídos

hiere
deja la marca de un zumbido
hecho de nombres
que tal vez olvide

instalados en la sangre
se dejan flotar
se acumulan
al final del camino
para volver a partir

después es el viento
lo insoportable
el grito sin eco

la mañana llega
entonces
olvidándose de mí
quemando
los rastros más oscuros
de mi noche.

© José Luis Visconti
Foto: Gustavo Tisocco

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Qué buen poema! El sonido del desierto, el grito sin eco, que terrible y tan cierto.
Un abrazo,
Patricia González Cerri

19.11.08  

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