26.11.08

Poema de Paolo Astorga


KM. 33

El caballo era unicornio
pero la mañana nos detiene
y uno de nosotros tiene que morir
y tú lees mis poemas
y la vieja ventana del autobús que te llama
a cerrar los ojos
y cebarte este último suspiro
enterrarte bajo la carretera de cisnes
el asiento enlutado de recuerdos
mientras un hombre trata de protegerse de la humedad
de un par de labios llenos de policías y ambulancias rojas
El caballo era unicornio
mientras cuidábamos el cuerpo
como si mañana ya no existiera el mañana,
pero uno tiene que morir,
la nada en las pupilas
intentando gritar nuestra risa desinflada
el frío pasamanos oxidado
donde vomitamos la alucinada realidad de nuestras voces
y quizás una caricia indiferente bajo tu vestido blanco
para dejar este poema entre los rieles
del tren que se aleja
dejando
un corazón
atropellado entre las chacras.

© Paolo Astorga