Poema de Rubén Derlis
CAMBIOS/MODIFICACIONES
Desagotar el Sena, dejar fluir el Riachuelo.
Trocar los obeliscos: el de Plaza de la República
por el de Place de la Concorde.
Trasplantar el Botánico en el Jardín-des-Plantes.
En Place Furstemberg meter apretada toda Butteler.
En Notre-Dame la iglesia de Pompeya.
En el Pont de Tolbiac el puente Avellaneda.
Constitución en la Gare de l’Est.
Retiro en la Gare du Nord.
Barracas en Batignolles.
Honduras a lo largo del boulevard Voltaire.
El verde primavera de Figueroa Alcorta
sobre el dorado viejo de Champs-Elysée.
Quitar el Pont d’Iena, poner el puente Alsina.
Frente al Trocadéro el monumento a Alvear.
Corrientes nocturna en Saint-Germain.
Florida en la Rue de la Paix.
En los Jardins du Luxembourg (después de una lluvia)
un arco iris nacido en El Rosedal.
Boedo de punta a punta en Saint-Michel.
Y alguna cosas más
si decidiese quedarme para siempre en París.
© Rubén Derlis
4 Comments:
¡Buenísimo!
Un abrazo.
Alicia Márquez
Rubén
compartimos la seducción de París, quizás la más bella ciudad del mundo, con la belleza dolorosa del lugar al que pertenecemos. Somos nuestro propio país y lo llevamos a todas partes, una especie de amor y de condena insobornables.
Eduardo Chaves
El paralelismo está bien logrado, y el poema me ha gustado; pero es posible que quienes no tuvieron la suerte de conocer "La ciudad luz" se sientan algo perdidos.
De todos modos, te felicito por tu indudable vuelo lírico.
Saludos
Elsa Marquina
Quienes conocemos Paris sabemos de su belleza contagiosa, es cierto que algunos lugares de nuestro Bs As querido tiene esa similitud y da gusto caminar en su recuerdo mientras vivo mi Argentina, Paris seria mi lugar sin dudas.
Patricia Corrales
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