Poema de Luis Benítez
JUBILO Y CAIDA
Armonía primera allí te vi, no era necesario
mirar las partes de tu reino entero pero allí te vi
y no quise detenerme en tu orilla, tu orilla
que está en las simples cosas llenas de tu ondulante sombra.
Qué delicadamente, luz en la luz, centro del día,
te corporizas o elijes una sencilla forma cuando nos prestas tus ojos
y cómo un eterno amor nos lleva de la mano
a tus criaturas, allí donde eres sí,
en lo animado, la infinita danza,
la queja misma de cuanto existe.
Alta serenidad todo es tu vaso y cada uno
declara tuyo un color nuevo. Es abril
de un año que para ti no cuenta y sin embargo
un dulce calor te trajo aquí a mi lado. Era yo apenas
una certeza esta mañana y la espuma del sueño
y los lados del día se apagaban en mí.
Bastó pedir, correr a tu contagio,
para que un soplo sobre las cenizas que empolvaban las cosas
encendiera de nuevo el mundo de carbunclos,
las amatistas del aire... ¿las múltiples facetas
de tus brillantes vidrieras, de dónde vienen,
de qué sima profunda o de qué cima pública y expuesta,
de qué otro tiempo apenas visitado,
apenas entrevisto en el fuego del fuego?
Peor ayuno no hay, que el que hay de ti.
© Luis Benítez
Foto: Gustavo Tisocco
8 Comments:
Recordando se va el tiempo tomando vida las imágenes hasta convertirse en contagioso color y sedimento; más, el sentimiento de de vacío por la ausencia prima, hasta convertirse en fuego y en ayuno.
Gran variedad en imágenes y profundidad en sentimientos, muestra su poema.
Mis respetos,
Sonia.
"Peor ayuno no hay, que el que hay de ti." Excelente cierre para tu excelente poema, donde la ausencia y el recuerdo se hacen dolor.
Felicitaciones, Luis y un gran abrazo
Marìa Rosa Leòn
Un profundo elogio a la armonía con imágenes fascinantes bajo todas las realidades posibles. Felicitaciones al autor.
MARITA RAGOZZA
me gusto el manejo de las palabras
cariños
Anahi D. Bezoz
"Era yo apenas / una certeza esta mañana y la espuma del sueño /
y los lados del día se apagaban en mí" Muy delicado, estos versos y todo el poema. Por supuesto, el final es muy bueno, me recuerda eso de: "No hay mayor tragedia que ser ciego en Granada" , en este cao, no hay peor ayuno.
La fatídica sed que a veces nos consume, Luis, genera obras tan buenas como ésta. Felicitaciones! Un abrazo, Alberto
Luis: ese tipo de (ayunos), se diluyen en los líquidos del alma y la marchita. Lindo poema. Un abrazo, Laura Beatriz Chiesa.
Siempre es un placer leer tus poemas
Abrazos
Elisabet
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