Poema de Ulises Varsovia
Fémina y sino
Su nombre pétalos rotos
que ni la voz ni la tinta,
del tiempo, como mis días,
y también sus pasos,
como si luz ofuscada
o sobresaltados sueños.
Ella el amor sus racimos
lo torrencial desgranado,
caótica incandescencia
como si cruel orfandad o islas,
unísono el grito al noches dormidas,
vástago de cómo lo solo y lo llanto.
Calles pálido cortejo,
desgarradora asunción muertos metales,
y cada a lo largo y ceniza,
y a las horas de una y viniendo.
De allí ella abasalena:
sobresaltados sueños
toda dimensión paralela asomados,
y sin vestigio crónico de uso
o malheridas ropas que testimonios,
sino que direcciones piélagos,
ubicua y ácrona y dormida.
Ella pues fémina y sino,
fruto tal vez eslabón amargo
en la implacable noche ejercida,
o exabrupto súbito deseo ciego
cuyo luego errante insubsistencia.
A mí entonces abasalena
cuando calles estepa y ceniza,
y prorrupciones lo nuestro de siglos,
y descenso al nada y elixir
donde adormideras nirvana y beleño.
Después su nombre exhaustos fonemas,
y su voz como cayendo al sueño,
y su cuerpo lentas defunciones,
hasta que pálido eco roído,
hasta que fugitivas sombras.
Ahora otra vez de allí aromas
y vorágine y sed y trama.
Fémina efímeras huellas,
subrepticia impronta empero,
de modo que lira en trance,
ensimismado aeda hurgando.
Pero su nombre navíos en la niebla.
© Ulises Varsovia
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