Poema de Osvaldo Norberto Lázaro

LA SANGRE DE LAS FLORES

Sabíamos que había un puente y debajo mendigos hambrientos,
pájaros que alucinaban ser niños, niños que alucinaban ser pájaros,
Sabíamos que en el amor había un brillo concreto
una estrella superpuesta a la infinita noche de la vida
Sabíamos que en cada terrón de bondad se indigestaba la diabetes
que esos gorriones que por las noches volaban bajos
podían proliferar interferencia con un vuelo sublimado
Sabíamos tantas cosas, atragantadas en la nuez de los paraísos
en el almendro del sutil residuo que quedaba estático en la mirada
y allí nos fue suplantando el amor, enjambre de tantas quimeras,
no fue pidiendo permiso la vida para beber de un sorbo
el perfume de los imanes y nos fuimos al atrio- túnica de todos los silencios-
vestidos con sangre de flores y con toneladas de corazón
imprecisos hambrientos como estatuas vacilantes y sombrías
a recorrer el reloj embalsamado por el beso
que se nos cayó allí encima del sueño

© Osvaldo Norberto Lázaro