Prosa de Romina Cazón
EL VESTIDO DE PIEL
Aquella silueta que encontré detrás de los cristales me recuerda que no estoy hecha de tela, sino de un vestido de piel: pequeño retazo que cauteloso se eriza debajo de la lluvia. Pero mi piel de infanta enamorada no sabe actuar. Y no es la vergüenza la que ata, no es el canto de los pájaros nocturnos que malinterpretan el lenguaje, no es la tormenta la que horroriza, tampoco es la terca naturaleza que nos escurre la ropa. Son las llagas de este cuerpo solitario que no sanan todavía.
© Romina Cazón
Pintura: Mirna Celis
4 Comments:
Querida Romina,muy buen poema, siempre quedan cicatrizan,debes dejarlos ir, en paz e iluminarte yu
Un abrazo
marite
Las llagas que no sanan todavía, Romina, están hablando a gritos en tu poema.
Felicitaciones y un beso grande
María Rosa León
Así es Romina. Felices los que tenemos piel para sentir y palpitar, aunque a veces nos duela. Alda Salzarulo
Romina, en la grafía de tu voz expresás con gran lirísmo uno de los caminos por los que se atraviesan en la vida.
Simplemente Bello tu poema.
Un cariño!
Mirna Celis.
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